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esde hace unos años, la Municipalidad de Neuquén capital realiza el denominado Programa de Disposición Segura y Responsable de Medicamentos Vencidos, que recoge tratamientos en desuso en las farmacias locales. El plan sigue avanzando a lo largo del tiempo, y este 2022 tuvo uno de sus mejores balances. Así lo dijo Francisco Baggio, secretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, que esta semana anunció que en los 10 últimos meses del año pasado se recogieron 1.500 kilos de estos fármacos, que son un peligro para la salud y el medio ambiente. Las 87 farmacias de la ciudad tuvieron intervención en este programa a través del Colegio Farmacéuticos, la Cámara de Farmacias y de las Farmacias Sociales. En el acto realizado en la farmacia del Instituto Municipal de Previsión Social (IMPS), donde se presentaron los resultados, el funcionario dijo estar “muy contento con la cantidad de remedios que se recibieron hasta el momento, porque de no estar en los contenedores estarían contaminando el río, la barda o dispuestos en algún basurero de manera inadecuada”. Además, Baggio destacó el accionar de los vecinos que se acercaron a las farmacias a depositar estos residuos. “Este programa permite que los medicamentos que uno tiene en su casa, en la heladera, en la mesita de luz y ya no utiliza pueda descartar de forma segura y responsable”, precisó.
Baggio explicó que los cestos patógenos están ubicados en todas las farmacias de la ciudad y que luego de ser depositados, los medicamentos vencidos son incinerados en un horno pirolítico. “La ciudad de Neuquén ha sido quien dio un puntapié inicial con este tipo de iniciativas que tienen un triple impacto económico, social y ambiental y el intendente de Mariano Gaido ha sido un activo partícipe de la implementación de este programa con el que estamos muy conformes”, planteó el funcionario. Gisela Luna, quien trabaja en la farmacia de IMPS, agregó que “los vecinos pueden traer para desechar también las tiras reactivas utilizadas por los insulino dependientes, al igual que las agujas que deben traer dentro del blíster correspondiente para poder tirarlas dentro del contenedor”. “Este programa también es importante para que las personas no se automediquen con remedios que le quedaron de tratamientos anteriores. También hay muchas personas que revuelven la basura y encuentran un medicamento y dicen bueno, esto podría llegar a necesitarlo y se lo llevan a sus domicilios”, describió Luna, quien argumentó que todas estas acciones indebidas pueden evitarse depositando los remedios en desuso en los tachos patógenos.
El programa busca que los compuestos químicos de los medicamentos no lleguen al medioambiente ni a lugares inadecuados. También detalló que estos elementos son catalogados como patógenos cuando ya no tienen utilidad. “Tienen que ser dispuestos a través de la incineración en un horno frigorífico específico, como se descartan los patógenos de todo origen”, dijo Baggio. El funcionario detalló que, sin este programa, los medicamentos estarían dispersos en distintos lugares. “Estarían en la casa, en el río, en la barda, lugares que son inadecuados para esto” A través del horno, estos elementos son incinerados para convertirlos en ceniza estabilizada, que luego puede ser dispuesta como residuo común. La recolección de medicamentos tiene un beneficio sanitario, ya que se evita la acumulación o el desecho inapropiado de estos residuos de medicamentos en los hogares y, por otra parte, se previene la reutilización y/o comercialización de los mismos. También contribuye al cuidado del ambiente. Un buen destino de los medicamentos vencidos reduce la contaminación que provocan, como así también limita los efectos nocivos que provocan en el agua potable, en la vida acuática, en los microorganismos clave para el ecosistema, entre otros de gran importancia.