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egún los últimos datos del Ministerio de Salud, el país superó los 56 mil casos positivos de dengue. Todas las miradas sanitarias están puestas en frenar la circulación del virus, trasmitido por el mosquito Aedes, que además causó una cifra record de fallecidos. Mientras se extienden las medidas preventivas, en silencio siguen avanzando la otra crisis: la de fiebre chikungunya. Entre la última semana de diciembre del año pasado y la segunda semana de abril de 2023, se han reportado en el país 1.278 casos de personas diagnosticadas con esta enfermedad, que por primera vez comenzó a circular de forma autóctona, es decir, con contagios locales, en la zona del AMBA. Además, en estos días se dio por primera vez el contagio congénito, en el momento de la gestación. En cuanto al caso de la transmisión de virus de fiebre chikungunya de madre a hija, ocurrió en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, según informaron en el Boletín de Epidemiología Nacional. La madre comenzó con síntomas, como fiebre y erupción cutánea el 21 de marzo y al día siguiente consultó al médico. Quedó internada y se le realizó la toma de muestra para dengue y chikungunya. Se obtuvo resultado detectable por PCR para chikungunya.
Dentro del total de 1.278 personas que han tenido chikungunya en la Argentina, 776 casos son autóctonos, 215 se encontraban en investigación y 287 presentaban antecedentes de viaje
Dentro del total de 1.278 personas que han tenido chikungunya en la Argentina, 776 casos son autóctonos, 215 se encontraban en investigación y 287 presentaban antecedentes de viaje (es decir, son casos importados). Hasta el momento 8 de las 24 jurisdicciones que integran la Argentina han reportado circulación viral autóctona de fiebre chikungunya en su territorio. Los síntomas comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El signo más común es una aparición repentina de fiebre mayor a 38°, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas. La curva epidémica por provincia muestra que desde la última semana de enero los casos estuvieron en aumento. Mientras que desde la primera semana de marzo, en cambio, el aumento de casos se desaceleró. En la primera semana de este mes se notificaron menos de la mitad de los casos reportados durante la última semana de marzo. Por el momento no existe vacuna ni tratamiento específico para chikungunya. Solo se tratan los síntomas para aliviarlos hasta que transcurra el proceso viral. Por eso, es clave acudir a la consulta médica. En la mayoría de los casos, el tratamiento es ambulatorio y consiste en controlar el dolor y la fiebre.
En relación a la situación de la Argentina, en una reciente publicación la Organización Mundial de la Salud (OMS) observó que “el extraordinario aumento de casos de dengue y fiebre chikungunya en lo que va de este año puede haberse visto agravado por el cambio climático y advirtió que estas y otras arbovirosis podrían desencadenar brotes mundiales”. Expertos del organismo dieron la voz de alarma sobre el creciente número de casos y no descartaron que en la Región de las Américas pudieran esperarse nuevas epidemias de zika. Estas tres enfermedades son transmitidas a través de la picadura del mosquito del género Aedes Aegypti, que se está propagando a nuevos territorios a medida que las cuestiones ambientales generan cambios en el comportamiento del clima que se vuelve más tropical. Los especialistas aseguran que se está viendo transmisión autóctona en lugares donde antes solo se reportaban de manera casi excepcional casos importados, producto de viajeros que se exponían al contagio en otros lugares y desarrollaban la enfermedad en su lugar de residencia. Según la Organización Mundial de la Salud -atendiendo la situación de varios países de América y la presencia del mosquito incluso en algunas regiones de Europa-, “es esperable que con el movimiento migratorio puedan ocurrir casos por fuera de las regiones endémicas habituales”.