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a decisión de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de adelantar los tiempos y aprobar para su uso en el país la vacuna contra el dengue de la farmacéutica Takeda generó entusiasmo entre especialistas de distintas ramas, aunque en general la advertencia es que su ingreso es parte de “una batería de medidas”, ya que con la aplicación de las dosis solas no alcanza para frenar el actual brote o los futuros que se puedan producir. En este sentido, los infectólogos y otros expertos coinciden que la inmunización sola “no alcanza”. En este sentido, Lautaro De Vedia, médico infectólogo del Hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), señaló que la reciente aprobación es una "buena noticia" y aseguró que la vacuna es una "herramienta poderosa para una enfermedad que este año nos castigó bastante". Sin embargo, advirtió que "todavía falta" para su distribución y añadió que ahora el "gran desafío" es definir cuál va a ser el plan de vacunación. Sobre esto, consideró que una estrategia adecuada sería sectorizar por áreas geográficas. "No tendría sentido vacunar en Santa Cruz o en Chubut, que son zonas que no tienen dengue o tienen una muy baja incidencia por razones climáticas y tal vez, por ejemplo, Tucumán y Salta deberían ser incluidas en el plan". Según los datos usados para el visto bueno, en un estudio clínico que incluyó a más de 20 mil participantes, durante 4,5 años, la vacuna demostró reducir un 84 por ciento las hospitalizaciones por dengue y un 61 por ciento los casos de dengue sintomático, según indicó un comunicado del laboratorio.
Por su parte, el infectólogo Javier Farina recordó que la vacuna contra el dengue de Takeda “protege contra los cuatro serotipos de dengue”. “El virus atenuado ‘original’ con el que se diseñó la vacuna es el virus del dengue tipo 2 (DENV-2), pero al mismo se le añadieron genéticamente ADN de los otros tres serotipos y es por eso que la eficacia es muy buena frente a los cuatro y es excelente frente al 2", explicó el miembro de la SADI y ex director del Comité de Infectología Crítica de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). "Como cualquier vacuna, a partir de las dos a tres semanas se empiezan a generar anticuerpos, pero sin duda su eficacia alcanza los mejores niveles luego de la segunda dosis", señaló Farina. Además, dijo que pueden vacunarse las personas de 4 a 65 años porque a partir de los 65, en distintos estudios aparece "lo que se llama la inmunosenescencia, que es donde baja la respuesta inmune frente al estímulo de las vacunas y la respuesta puede ser menor". "Hay que ver igual la aprobación final de la ANMAT, pero en otros países tiene esa etiqueta de hasta los 65 años porque para aprobarla más allá de eso necesitas cierto número de sujetos de ese rango etario en los ensayos clínicos que hayan tenido buena respuesta", sostuvo Farina. En la misma línea, Farina indicó que una de las dificultades que podría tener el plan es el costo de la vacuna, "que ronda los 75 dólares las dos dosis en Indonesia y los 240 dólares en el sector privado en Alemania, así que habrá que ver esa cuestión en base a distintos acuerdos con el laboratorio proveedor para lograr que esté al menor precio posible y poder realizar una campaña de vacunación eficaz".
La ANMAT autorizó el uso de la vacuna contra el dengue desarrollada por el laboratorio japonés para las personas mayores de 4 años, hayan cursado o no previamente la enfermedad, luego de la evaluación de toda la evidencia disponible. El Ministerio de Salud dijo en un comunicado que el laboratorio comenzará el proceso productivo para enviar el primer lote y se prevé que la vacuna estará disponible en el país para mediados de la primavera. De esta forma, Argentina se suma a una lista de países que ya aprobó la vacuna, como Indonesia en agosto de 2022 y la Unión Europea en diciembre del año pasado. Luego, le siguieron el Reino Unido en enero de 2023 y recientemente fue avalada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (ANVISA). La forma de administración de esta vacuna es de dos dosis que deben ser aplicadas con un intervalo de tres meses. Por otro lado, De Vedia destacó que "otra cosa importante es que la vacuna es una herramienta más en la lucha contra el dengue. No quiere decir que llega la vacuna y nos olvidamos de los repelentes, de desmalezar, de evitar las aguas estancadas". Además, enfatizó que para otras enfermedades que transmite el mosquito, como el zika y el chikungunya, no hay vacuna, por lo que "no tenemos que olvidar todas las medidas que se difunden”. En ese sentido, subrayó que "en esta epidemia tenemos que seguir con los parámetros que estuvimos trabajando hasta ahora. Además, todavía nos quedan un par de semanas con la existencia de casos".