S
i bien algunas provincias reportan una caída en los casos de bronquiolitis respecto al pico de semanas atrás, el brote de esta enfermedad sigue batiendo records, y mantiene colapsados los sistemas sanitarios de varias regiones del país, como sucede en el conurbano bonaerense, cuyos hospitales se muestran colapsados por la demanda de consultas. En este contexto, los especialistas remarcaron que la pandemia cambio la forma en que circulan los virus, una explicación al por qué de la actual crisis. A esto se le suma un fenómeno, que los infectólogos llamas “silencio inmunológico”, generado por el aislamiento al inicio de la pandemia, cuando se limitó la circulación, en especial en los niños. Esta situación se basa en la falta de anticuerpos que se generaron en los primeros años de aislamiento, que evitaron el contacto con microorganismos que desempeñan un rol en algún sentido “provechoso” en cuanto al robustecimiento del sistema inmune. Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) y ex director del programa de Telemedicina del Hospital de Niños “Prof. Dr. Juan P Garrahan”, recordó los factores que provocaron ese “silencio inmunológico”. Por un lado, que en el primer año de la pandemia “las restricciones en el contacto social y la movilidad planetaria cortaran la ruta de tránsito habitual de los virus”. Además, “en el segundo año, dado que el Covid-19 seguía teniendo para sí el ‘nido’ epidemiológico mayor, compitió e impidió que otros virus tomaran contacto con nosotros”. Los afectados son personas de todas las edades, bebés incluidos, aclaró. Y se suman, “encima, cuestiones que conocemos y algunas que estamos conociendo”.
El brote de bronquiolitis, según los datos, superó en un 85 por ciento los casos que en el anterior pico histórico, en buena parte por lo que explicaron los expertos respecto al “silencio inmunológico”. Andrea Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, confirmó en recientes declaraciones periodísticas la causa del alza de infecciones: “En los pacientes pediátricos más chiquitos estamos viendo las consecuencias de que el aislamiento y los protocolos rígidos no permitieran el contacto con ciertos agentes infecciosos, sobre todo virales”. “Ese contacto, que suele darse en los primeros meses de vida del bebé, pero también durante el embarazo, debería haber generado anticuerpos”, explicó. “En los chicos, el contacto en muchos casos se está dando más tardíamente, en la medida en que la vida vuelve a la normalidad”, apuntó. En las embarazadas (si bien aclaró que “el fenómeno está menos estudiado”), ocurre algo similar: “No han tenido el contacto con los virus habituales, por lo que el tenor de anticuerpos que se debería haber trasladado al feto es menor. Esto puede propiciar algún tipo de infección temprana en el bebé”. El resultado de esto, como ya advirtió el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, es “la peor epidemia de bronquiolitis”.
En este contexto, el sistema sanitario está “colapsado”, en especial los hospitales públicos, como dejó al descubierto una reciente nota de la agencia AUNO de la UNLZ. El director ejecutivo del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, Fernando Guerrero, explicó a esa agencia que preveían que la crisis de bronquiolitis sería “muy fuerte” y se “iba a adelantar”, por lo que se tuvo que “aumentar la capacidad operativa” y sumar “cantidad de camas y de bocas de oxígeno para poder dar servicio a los vecinos”. En este sentido, el centro aumentó “la capacidad operativa”: se duplicó la cantidad de “las camas de internación”, se “reforzó el área de Enfermería” y se transformó “el Hospital de Día de adultos en Internación Pediátrica”, detalló Guerrero. En tanto, el hospital Oñativia de Rafael Calzada, en Almirante Brown, se encuentra con su servicio de Pediatría “estallado”, tal como resaltó su director ejecutivo, Helio Navarro, quien detalló que tuvieron “hasta seis chicos con respirador” durante una semana. Además de la epidemia, Navarro expresó que otro problema que afrontan es “la falta de pediatras” producto de “una falta de vocación” por un lado, y por tener “los sueldos más bajos” en Salud, lo que ocasiona que “la gente no quiera estudiar medicina”. Por su parte, el Hospital Evita, en el municipio de Lanús, cuenta con un “espacio de sala de internación abreviada” equipada con ocho cunas “para tener internados pacientes que no superan las cuarenta y ocho horas de nacidos”, detalló la jefa del área de Pediatría Silvia Marone. Además, agregó que las camas “no se encuentran ocupadas en su totalidad” ya que el aumento de infecciones es “por periodos”, pero que las infecciones respiratorias ahora son de “mayor gravedad, tiempo de duración y engloba otros grupos etarios” y esto se debe al “silencio inmunológico” durante los años de pandemia.