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probada por la agencia reguladora argentina en abril, se espera que la vacuna contra el dengue del laboratorio japonés Takeda se comenzará a usar antes de fin de mes en el país. Así lo definieron autoridades del Ministerio de Salud nacional, que ya confirmaron que las dosis estarán listas a fines de noviembre, según los datos que fueron publicados esta semana por el diario clarín. En este sentido, se conocieron dos novedades de importancia: por un lado, se analiza la población que recibirá la vacuna gratis, como parte del Calendario Oficial. Además, el mismo matutino porteño confirmó que la formulación estará disponible en las farmacias, para ser dispensadas por los farmacéuticos a las personas que tengan receta médica. Más allá de la estrategia de salud pública, destacaron las fuentes sanitarias, “la vacuna también se venderá en farmacias bajo prescripción médica, y si bien aún no se ha informado a qué precio se comercializará en el país, se sabe que en la región “el costo en particular alrededor de 80 dólares”. Según las determinaciones de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la vacuna se aplica en dos dosis con tres meses de diferencia y, según se confirma en el ensayo clínico, la inmunidad que ofrece se extiende por un período de 54 meses. Es decir, quien decida aplicarlo o cuyo médico lo recete estará protegido durante casi cinco años. Pablo Bonvehí, miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología, dijo que “la estrategia de nuestro país con la vacuna contra el dengue seguramente dependerá del número de dosis disponibles”. Aún no se sabe qué tamaño tendrá el primer lote en llegar al país de Alemania, donde se fabrica la vacuna tetravalente denominada Qdenga.
La aprobación de la vacuna Qdenga se dio luego que el país batiera los records de casos de su historia, y se estima que por el sub-registro en la actual temporada se podrían llegar a los 300 mil afectados. La flamante vacuna se probó en Brasil, Colombia, República Dominicana, Nicaragua, Panamá, Sri Lanka, Tailandia y Filipinas, y logró una eficacia de 62 por ciento en la prevención del dengue sintomático causada por cualquiera de los 4 serotipos (DEN 1 a DEN 4), Disminuyó las hospitalizaciones en un 83,6 por ciento. y redujo el desarrollo de la forma hemorrágica en un 65,4 por ciento de la enfermedad. La vacuna contra el dengue fue aprobada en abril por ANMAT y próximamente llegará a Argentina, y según informó clarín la fecha girará alrededor segunda quincena de noviembre. En plena cuenta regresiva, el Gobierno define quiénes podrán recibirla sin costo en una campaña pública de vacunación. También estará disponible en farmacias. “Estos días son frecuentes reuniones entre representantes del laboratorio Takeda, que fabrica el fármaco, y funcionarios del Ministerio de Salud. Al parecer, la acogida de las autoridades en base a la evidencia científica obtenida en el ensayo clínico ha sido buena. Lo que queda ahora es terminar de ajustar la mejor estrategia de salud”, dijeron las fuentes consultadas por este medio. Los expertos en enfermedades infecciosas creen que la vacuna será un arma valiosa para combatir la enfermedad transmitida por mosquitos Aedes aegypti, pero ese no es el único. Insisten en que es clave insistir en las medidas de prevención habituales para evitar que el vector se propague cada vez más en el país, como ocurrió este año.
Las definiciones respecto de la población que reciba la vacuna dependerá de las dosis que lleguen al país. Ante esto, Ángela Gentile, jefa del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Infantil Ricardo Gutiérrez, observó que “en términos de salud pública, el dengue no es una enfermedad que tenga una letalidad muy alta como puede ser el Covid-19”, con lo que se relativizó este orden de prioridad en materia de planificación sanitaria. En tanto, Bonvehí también deslizó la alternativa de que se lleve a cabo una prueba piloto en una determinada población del país para sacar conclusiones sobre los resultados de esa inmunización. Hoy, todas estas posibilidades de acción están en estudio, para la consideración de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), que debe concluir cuál es el mejor camino. Una opinión relevante pero no vinculante. Gentile aportó no menos datos a la hora de considerar cuál podría ser la mejor estrategia de vacunación, al vincular el dilema con el descenso generalizado que sufre la adherencia a las vacunas. “Vemos, por ejemplo, que los casos de Covid están aumentando y, sin embargo, la gente ya no se vacuna. A la hora de elegir un objetivo de edad contra el dengue, esa decisión también es importante”.