E
l invierno fue especialmente intenso en materia de enfermedades respiratorias. Durante los meses más fríos se dieron varios fenómenos, como el adelantamiento de la circulación de la gripe estacional, los brotes de bronquiolitis y el aumento de los casos de neumonía. En medio de esto, investigadores dieron con un “bocavirus”, que circuló en la ciudad de Córdoba, y que afectó a niños, sobre todo a los lactantes, y que explica el aumento de las internaciones. El trabajo estuvo a cargo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), y puso el foco en lo que pasó en la terapia intensiva del hospital de Niños de la Santísima Trinidad, dependiente de la provincia y ubicado en la ciudad capital. Allí se detectó este virus, que si bien ya fue identificado en 2005, no se conoce demasiado sobre sus principales aspectos. El informe detalla que el germen del “bocavirus 1” fue identificado por primera vez en 2005, y que a pesar de haber sido descubierto hace casi 20 años, muchos aspectos se mantienen como interrogantes. El bocavirus afecta al sistema respiratorio y no suele desencadenar cuadros gastrointestinales, también se sospecha que podría exacerbar cuadros de asma o sibilancias. En la investigación se utilizaron técnicas de detección molecular (PCR) y se comprobó que esa afección es más frecuente en pacientes pediátricos con un cuadro de infección respiratoria aguda. También advierte que el bocavirus 1 puede provocar una infección respiratoria grave, y ejemplifica con pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva centro asistencial, donde se lo identificó en el 28 por ciento de los casos.
La investigación estuvo a cargo de un equipo del Instituto de Virología José Vanella y la cátedra de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la casa de altos estudios. La investigadora Laura Beatriz Moreno, titular de la cátedra de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, sostuvo que esa patología “es importante tenerla en el radar porque provoca cuadros graves de neumonía viral”. El bocavirus 1 integra la familia de los parvovirus, que puede afectar a animales y que de allí deriva su nombre: bo (por ganado bovino) y ca (por canino). María Pilar Adamo, investigadora del Instituto de Virología José Vanella de la UNC, dijo que “no es un virus emergente. Es nuevo porque lo identificamos hace poco, pero ya existía”. Lo que en este caso se hizo es profundizar el estudio sobre el impacto de la infección en el tracto respiratorio y su sintomatología en niños y niñas. El estudio contempló una muestra de 141 pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva del Hospital de Niños con cuadros de infección respiratoria. El período analizado fue de abril de 2021 al mismo mes de 2022, y el promedio de edad de la población afectada se ubicó en los cinco meses.
En la Argentina, tanto la neumonía como la bronquiolitis son dos eventos de notificación obligatoria. Los efectores de salud (públicos y privados) tienen que declarar los casos al Ministerio de Salud de la Nación para establecer estrategias de vigilancia, añadieron en el informe. El resultado fue que en el 80 por ciento de los casos tenía al menos un virus detectado. El Virus Sincicial Respiratorio se encontró en 71,6 por ciento, mientras que el bocavirus 1 se encontró en el 28 por ciento. Cinco pacientes se habían infectado únicamente con bacavirus 1. El equipo confirmó que este agente se comporta muy parecido al Virus Sincicial. Afecta el sistema respiratorio y no suele desencadenar cuadros gastrointestinales. También se sospecha que podría exacerbar cuadros de asma o sibilancias. Finalmente, el extenso informe de conclusiones, sostiene que se necesitan más estudios para conocer mejor cómo se comportan los virus respiratorios. El descenso de la temperatura y la mayor permanencia de las personas en ambientes cerrados provocan un incremento de los casos. En invierno, la demanda de las terapias intensivas para menores de 5 años aumenta alrededor del 40 por ciento. “Estamos haciendo estudios con el suero de donantes para saber si los anticuerpos presentes en sangre sirven para detectar el antígeno del virus en la muestra respiratoria”, dijo Adamo.