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ace unos días, se puso en marcha en el país el Consejo de Asistencia Técnica para Procesos Judiciales de Salud (CATPROS), que busca asesorar a jueces que deben decidir sobre la cobertura de tratamientos, en especial aquellos que son experimentales o de última generación. La decisión es parte de las medidas que lanzó este año el Ministerio de Salud para tratar un tema alarmante en el sistema sanitario argentino: el acceso a fármacos de alto precio. Esta estrategia se completa con otra, anunciada esta semana en el marco del XXVI Congreso Argentino de Salud. Se trata de un fondo de unos 150 millones de dólares, que según la ministra Carla Vizzotti “va a permitir asegurar el acceso a medicamentos para todos los subsectores del sistema”. “Creemos que, desde el Estado nacional, con una mirada federal y respetando a todos los subsectores debemos seguir considerando a la salud desde un punto de vista integral que trasciende la asistencia a la enfermedad y que es un derecho fundamental que debemos garantizar”, dijo la funcionaria, que agregó que el problema del financiamiento, además de la situación económica, dificultan generar un plan de prestaciones para que sea compatible con el avance producido por las tecnologías de alto precio.
El llamado Fondo de Tecnologías Sanitarias de Alto Precio es una iniciativa financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que aportará 150 millones de dólares para financiar la compra de estas terapias. La cartera sanitaria viene trabajando en el acceso a tratamientos de alta complejidad, para enfermedades graves, y que no pueden ser garantizados por la seguridad social. En este sentido, Vizzoti puso como ejemplos de lo que ya se está realizando en relación a los medicamentos de alto precio la estrategia para la compra de nusinersen y de la terapia génica para la atrofia muscular espinal, el tratamiento de la fibrosis quística, y la compra consolidada de Factor VIII para hemofilia. Asimismo, destacó tres políticas centrales de la cartera sanitaria nacional en relación con las necesidades de las provincias como los programas Redes de Salud, Sumar, Proteger, y la política de acceso a medicamentos a través del Programa Remediar. El objetivo de integrar el sistema de salud privado con el Estado tiene como objetivo hacerlo más eficiente: “La pandemia demostró que aportando todos para el objetivo general se pudo hacer”, dijo Vizzotti.
El XXVI Congreso Argentino de Salud contó con la participación de autoridades, sanitaristas, investigadores, periodistas y empresarios, quienes se reunieron para analizar los desafíos de la salud en el país. En ese sentido, se enfocó en la situación del sistema de salud desde la visión de los distintos actores, se estudió el impacto en el corto y mediano plazo las nuevas tecnologías aplicadas a la salud, y la capacidad del sistema sanitario de generar trabajo calificado y formalizado. En el cierre, Hugo Magonza, presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas (ACAMI), sostuvo que “cuando dicen que el sistema de salud influye muy fuertemente en el índice de costo de vida, ese dato está equivocado”. En tanto, Adolfo Rubinstein, ex secretario de salud y Director del Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud, en relación a los principales problemas que enfrenta el sistema de salud en Argentina sostuvo: “El deterioro macro afecta terriblemente al sector: afecta en principio a las personas, y después a sector de los financiadores”.