E
n el primer año de la pandemia, un grupo de países en vías de desarrollo, liderados por India y Sudáfrica, reclamaron a las entidades internacionales que suspenda las patentes de medicamentos y vacunas destinados a tratar el Covid-19. El trámite se llevó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), y pese al respaldo nunca se concretó. Por eso, los laboratorios avanzaron con sus reclamos de patentamiento de los diversos productos surgidos en este tiempo, en los distintos países. En la Argentina, se produjeron varios reclamos ante el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI), para mantener estos beneficios en los productos. Uno delos pedidos los hizo Pfizer, cuya vacuna se utiliza en la actual campaña de vacunación. Esta semana, una entidad presentó un informe donde analiza este pedido, y lo rechaza, porque la tecnología que usa esta formulación no representa ninguna novedad. “De acuerdo con los argumentos y pruebas acompañadas solicitamos al INPI argentino el rechazo de la solicitud de patente, por no cumplir con los requisitos de la ley de patentes 24.481, especialmente en lo relativo a los artículos 4, 6, 20 y 22”, dice al respecto María Lorena Di Giano, directora ejecutiva de Fundación GEP, a cargo de este relevamiento. “Trabajamos para que la tecnología para la producción de vacunas esté en dominio público en Argentina, y así poder fabricarlas en nuestro país a precios asequibles”, añadió.
Desde la Fundación GEP presentaron esta semana una oposición a la solicitud de patente de la vacuna para elCovid-19 comercializada por Pfizer en la Argentina. El pedido se hizo luego de un análisis de la información de la formulación, que se aplica en el país luego de varias idas y vueltas en torno del contrato con la farmacéutica. La vacuna fue aprobada por la ANMAT bajo la modalidad de “registro de emergencia” el 22 de diciembre del 2020, y está basada en la plataforma de RNA mensajero (mRNA) encapsulado en nanopartículas lipídicas (LNP) (“mRNA-LNP”). “Las oposiciones se constituyen en una salvaguarda de salud clave en el trabajo de la comunidad organizada, tomando intervención y colaborando en el proceso de examen de una solicitud de patente”, destacaron desde la entidad. De acuerdo con el análisis realizado, la solicitud “no cumple con los requisitos de actividad inventiva y novedad y en el caso de los métodos de tratamiento, tampoco con aplicación industrial”. En principio, “el estado de la técnica comprende múltiples estrategias para resolver problemas técnicos asociados a la inmunogenicidad y estabilidad del RNA, así como del transporte del mismo con el desarrollo de nanopartículas lipídicas”.
Ya en el año 2018, la plataforma de vacunas mRNA-LNP-1mψ fue propuesta como una valiosa plataforma para desarrollar vacunas contra infecciones virales emergentes. “Las secuencias antigénicas divulgadas corresponden a la proteína Spike del SARS-CoV-2, que ya fueron divulgadas con anterioridad, y además tampoco presentan altura inventiva frente al estado de la técnica”, agregó el trabajo de la Fundación GEP. Los métodos terapéuticos están expresamente excluidos y no se consideran invenciones de conformidad con el artículo 6 de la Ley 24.281 que expresa “no se considerarán invenciones los métodos de tratamiento quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico aplicables al cuerpo humano”. Asimismo, las reivindicaciones incluidas en la solicitud de patente de BioNTech no son claras en cuanto al objeto para el que se solicita la protección y la invención no se encuentra debidamente soportada por la memoria descriptiva, lesionando los art. 20 y 22 de la ley 24.481. “Liberar esta tecnología, para que no quede bajo monopolio de ninguna empresa, es fundamental, ya que la misma está siendo investigada para el tratamiento y la prevención de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer”, remarcó por su parte José María Di Bello de Fundación GEP.
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